Amaikak-Bat, K.E.

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1907 - 2024

Amaikak Bat - Historia

Como sociedad hemos cumplido los 100 años en el año 2007, cosa hoy importante, sobre todo si tenemos en cuenta tiempos pasados, y por las dificultades que se pasaron.

La sociedad fué fundada en 1907, tras esta fecha hubo algún cambio de local, larga historia y muchas vivencias se pueden dar a lo largo de 100 años, por lo cual en la actualidad y dado el tiempo pasado, hemos de querido recopilar nuestra historia.

Para lo cual hemos contado con el escritor donostiarra Javier Sada, encargado de recoger toda la información posible tanto de hemerotecas, publicaciones, fotos y recuerdos de nuestros mas antiguos socios y así plasmarlo todo en un libro, siendo esta una manera de perdurar en el tiempo, cuando pase mucho tiempo y este nos sobrepase, quedará la esperanza de que en algún lugar, algunos de estos libros nos sobreviva para que nuestra historia perviva.

A modo de presentación

“Entusiastas de todo lo nuestro, de todo aquello que despida el amable perfume “koskhero”, lo hemos de ser los del “Amaikak”. Porque en esta vieja Sociedad deportiva se recogen y guardan, de siempre, las más puras esencias de aquel perfume. Sus actuales componentes, continuadores tenaces y fieles de aquellos glorioso paladines de nuestras más caras tradiciones, pregonan a todo pulmón la inmortalidad de un donostiarrismo de pura cepa, conservador de un carácter fuerte, de un temple irónico y festivo, ingenuo hasta el infantilismo en no pocas ocasiones, cordial, desinteresado, acogedor, efusivo...
Decir “Amaikak Bat” es decir San Sebastián. De suerte, que si preguntásemos a cualquiera de sus afiliados a quien ama mas: a Donostia o a la entidad deportivo-popular a que pertenece, le dejaríamos perplejo un instante. Después, sus ojos se nublarían por la emoción. Y es que en el alma de todo “amaikak-batista” viven confundidos estos dos afectos.
Por San Sebastián, con el cariño en el alma y en los labios el nombre, ha realizado el “Amaikak Bat” las mil empresas deportivo-koshkeras que decidió acometer. Para Donostia late y vive el pecho “amaikak-batista”. El cariño al txoko azuza su iniciativa, espolea su actividad, mueve su inteligencia y su músculo.
Y San Sebastián desconoce la historia de la Sociedad que tanto le quiere. Nosotros nos hemos propuesto referírsela, porque tiene derecho a saberla. Este es el objeto modestísimo de esta publicación. He aquí, pues, a grandes rasgos la historia del “Amaikak”.

(Prólogo publicado por el periodista Luis Ureña, el año 1940, como homenaje al “Amaikak Bat”)

Fundación de la sociedad

A pesar de que la noche estaba siendo larga, aquel 20 de enero del año 1907, a las cinco y media de la mañana, fueron muchos los donostiarras que se acercaron a la plazuela de la Brecha, junto al depósito de bombas, que hoy llamaríamos Parque de Bomberos, para presenciar la salida de la tamborrada organizada por las sociedades “Euskal Billera” y “Sporti Clai” en la que participaron diez gastadores, 50 tambores y 23 barriles acompañados de la Banda Municipal de Música que expresamente había sido autorizada para tomar parte en la fiesta por el carácter auténticamente joshemaritarra de la misma.

Terminada la fiesta, todos, como un solo hombre, acudieron a la iglesia de Santa María para asistir a la Solemne Misa del Día de San Sebastián y terminada la ceremonia, manteniendo la tradición, la feligresía se trasladó a la Alameda para situarse en torno al kiosco de la música y escuchar el habitual concierto.

La Alameda era el lugar elegido para la reunión de amigos que, dependiendo de la climatología, se compaginaba con las terrazas de los cafés o las barras de algunos bares, bodegas y sidrerías existentes en el interior de la parte vieja. Ocurría todo el año y se convertía en el mentidero de la ciudad donde todas las noticias eran comentadas, donde los proyectos eran expuestos al resto de los contertulios, donde se buscaba a la muchacha más atractiva y donde surgían muchas ideas que luego se convertirían en realidad. Y es aquí, en este lugar, en la actual Alameda del Boulevard, donde tenemos que acudir para encontrar las primeras pistas de lo que el año 2007 sería la centenaria Sociedad “Amaikak Bat”.

Primero fue algo así como una broma que comenzó el año 1906, luego un pensamiento dicho en voz alta y al final el firme propósito de hacerlo realidad formulado por un grupo de amigos asiduos a los conciertos que ofrecían semanalmente distintas bandas de música.
Habían pasado varios meses desde la citada tamborrada y los donostiarras estaban viviendo su no menos tradicional Semana Grande. Qué duda cabe que un motivo de tertulia fue la presencia en la bahía de los cruceros japoneses “Chitose” y “Tsukuba”, cuya tripulación se batió en regata de traineras con tripulaciones de San Sebastián, de la fragata argentina “Presidente Sarmiento” y de varios cruceros franceses cuyo buque insignia era el “Leon Ganbetta” junto a los barcos de guerra españoles entre los que destacaban el destructor “Osado” y el cañonero “Mac Mahón”. En todos los corrillos se comentaba el transbordador que Torres Quevedo había inaugurado en la cima de Ulía antes de construir el que cruzaría las cataratas del Niágara y las nuevas instalaciones que se habían abierto en Ondarreta para practicar un deporte que no se conocía en nuestra ciudad: las corridas de caballos y que serían conocidas como Hipódromo de Los Juncales.

Pero como cada cual tenía sus propias aficiones, no eran pocos los que se maravillaban por las faenas que en el Chofre realizaron Bombita, Machaquito, Fuentes, Regaterín, Cocherito de Bilbao, Conejito y Mazzantinito o quienes se alegraban de que el Gobierno hubiera decidido que todos los afectados por la proliferación de duros falsos, podían pasar por el Banco de España donde serían cambiados por duros buenos.

Amantes los unos de la buena mesa, donde se podía degustar merluza o langosta a 2,10 y 4,50 pesetas el kilo, respectivamente, atún a sesenta y siete céntimos o chipirones por 3,50 pesetas la docena, otros ponían su meta en la practica del deporte, con la atención fijada en los frontones, en las regatas y en el recién llegado fott-ball.

Resultó que aquel grupo de jóvenes e inquietos donostiarras, amantes de cuanto ocurría en su ciudad y especialmente de cuanto afectaba al deporte, estaba formado por once personas, número similar al que tenía un equipo de fútbol, motivo por el que se dijeron ¿por qué no crear un equipo propio?. Y del dicho al hecho: se constituyeron en espontánea agrupación deportiva con varios problemas a solucionar, siendo uno de los principales el no tener ni un céntimo para desarrollar su iniciativa. A la vista de las circunstancias, su primera y trascendental decisión fue fijar la sede social en un banco (un banco de los de sentar) de la Alameda. Tenía la ventaja de la movilidad aunque durante la temporada estival resultaba difícil encontrar uno libre a pesar de las muchas sillas que, en filas de cuatro, rodeaban todo el paseo. Al son de la música procedente del kiosco, entre bombines y pamelas, ignorando los piropos masculinos y los juegos de abanico femeninos que se prodigaban por doquier, aquellos pioneros deportistas comenzaron su actividad en el campo del boxeo, de la greco-romana, del pedestrismo y hasta del billar, muy de moda en aquellos días, aunque cierto era que para la practica de este último deporte era necesario disponer de un local cerrado.

Cuentan las viejas crónicas que entre aquellos fundadores del colectivo al que decidieron llamar “Amaikak Bat” estaban Urbano Aguirre, Alberto Elizalde, Luis Zubillaga, José María Agote, Paquito Sesé, Eduardo Salegui, Néstor Anabitarte, José Arruti, Emeterio García, Sebastián Silvety que llegaría a ser entrenador de la Real Sociedad...

Hasta ciento cincuenta personas llegaron a participar de la iniciativa del banco de la Alameda siendo, por ello, necesario el pensar en una ubicación que pudiera acogerles y protegerles de la intemperie. La solución llegó en la barra de un bar, de un bar cuyo nombre invitaba a la primavera, el llamado “Las golondrinas” ubicado en la calle Mayor frente al Teatro Principal.

Curiosamente “Las golondrinas” sería el título de una de las más importantes obras compuestas por José María Usandizaga, presentada en San Sebastián el 11 de abril de 1914 teniendo como escenario el Teatro Victoria Eugenia y fue precisamente a los bajos de dicho teatro donde se trasladaron los integrantes del todavía incipiente “Amaikak Bat” cuando encontraron un espacio que les permitiera mayores posibilidades de actuación que la compartida barra del citado bar, a pesar de la muy buena voluntad de su propietario, siempre dispuesto a colaborar con los jóvenes deportistas. En este lugar, donde permanecieron dos años, pudiendo practicar ya sin dificultades su afición al billar además de especializarse en otros dos deportes muy de actualidad: el ping pong y el tenis de mesa, aunque su fuerte, aquello para lo que comenzaron a reunirse en el banco de la Alameda, era ni más ni menos que el fútbol.

Los cronicones que dejaron huella de lo ocurrido en aquellos lejanos años, cuentan que el mejor equipo que tuvo el “Amaikak Bat”, allá por 1913, estuvo formado por Agustín Eizaguirre como guardameta; defensas, Muñoa y Mercader; medios, Salegui, Arruti y Mendiburu; delanteros, Urdampilleta, Arrieta, Goenaga, Oliván y Egurbide. Una muestra de la efectividad de aquellos hombres quedó patente cuando Leto Martín, entusiasta deportista de la época, creó un torneo expresamente pensado en los equipos locales. Se inscribieron los del “Cantábrico”, “Atletic”, “Easo”, “Esperanza” y “Amaikak Bat”, siendo los once de este último quienes se llevaron la Copa haciendo que algunos de sus integrantes, Arruti, Mendiburu y Oliván, pasarán a defender los colores de la Real Sociedad reforzando sus líneas en el partido final del Campeonato de España.

Aquel año ocurrió como ya había ocurrido en 1910 cuando la trayectoria del fútbol no estaba del todo consolidada y eran muchos los problemas que separan a los distintos equipos, motivo por el que se jugaron dos campeonatos nacionales: el de la Federación Española y el de la Unión Española de Clubs de Fútbol. El de la Federación se jugó el 23 de marzo en Madrid, venciendo el Racing irunés (Ayestarán; Arocena, Carrasco; Izaguirre, Boada, Echart; Iñarra, Patricio, Arabaolaza, Retegui y San Bartolomé al Atletic de Bilbao por 1-0. El de la Unión de Clubs tuvo lugar en Barcelona entre el equipo titular de dicha ciudad y el del Club Ciclista que lo era de San Sebastián, perdiendo los guipuzcoanos por 2-1 “a pesar de contar con los mencionados “amaikak-batistas” Oliván, Mendiburu y Arruti. El asunto no quedó ahí, pues con el objeto de recaudar fondos para fines benéficos se anunció un encuentro amistoso entre los vencedores irundarras y el equipo del “Amaikak-Bat” que terminó con el resultado de 1-0 a favor de los donostiarras, lo que les supuso su consagración en los ambientes koskheros de la Parte Vieja.

A raíz de estas proezas, Oliván fue fichado por el “Olimpic” de París, interviniendo en varios partidos internacionales defendiendo los colores de la selección francesa.

Unas de las primeras proezas de aquel colectivo deportivo que abarcaba distintas modalidades, fue la obtenida el año 1914 cuando se obtuvo el primer puesto en la carrera ciclista que anualmente se celebraba entre San Sebastián – Orio – San Sebastián y el título alcanzado en 1915 por Aduriz y Lazcano en el Campeonato de Pelota Vasco Navarro celebrado en Bilbao. Un año más tarde el “Amaikak Bat” crearía la pruebas de natación denominada “Copa de Navidad”.

1916, año en el que el “Amaikak Bat” formalizó su inscripción en el Gobierno Civil, se produjo un interesante hermanamiento entre los socios del “Amaikak Bat” y los del “Jolastokieta” con el fin de promocionar, principalmente, la práctica del alpinismo, fútbol y pelota, llegándose a crear para anunciar sus competiciones conjuntas la denominación de “Amaikak-Jolas”. Aquel mismo año, en el domicilio que ocupaba el “Amaikak Bat” en el Teatro Victoria Eugenia quedó constituida la Federación Atlética Guipuzcoana, hecho que no fue eximente para que el Club recibiera aviso de desalojar su sede debido a que en dichos locales estaba previsto abrir un pequeño cabaret que atendería al nombre de “Tabarin”.

Este mismo año, el 12 de agosto, la Banda Municipal interpretó el pasodoble “¡Viva el Amaikak Bat¡”, original de Antonia Oyarbide e instrumentado por el maestro Valentín Castellano.

Así las cosas, el 31 de julio de 1917, festividad de San Ignacio, la Directiva presidida por Alberto Elizalde acordó convocar Junta General para comunicar a los socios que la entidad quedaba disuelta que las 1.500 pesetas que había en su Caja serían transferidas a la Federación Atlética Guipuzcoana para que se distribuyera en premios a conceder en distintas pruebas deportivas. Recordando que los “once” del “Amaikak Bat” habían inaugurado los campos de fútbol de Orio y Azcoitia, gran parte de sus miembros se refugiaron en el club “Sartako” que, aunque modesto, a la sazón era de los más activos, populares y queridos de la ciudad.

A pesar de ver como, a falta de actividad, los socios se iban distribuyendo por distintos clubs donostiarras, los responsables de la entidad no dieron la batalla por perdida y comenzaron intensas gestiones para reflotar un barco que parecía hundido. Teniendo como presidente a Néstor Anabitarte, se consiguió el inestimable apoyo de Julián Barcenilla que prestó su “Bar Cenilla”, ubicado en el número 4 de la calle Idiaquez, para que fuera utilizado como domicilio social, al tiempo que otro entusiasta, Emilio Márquez, anticipó el dinero necesario para adquirir todo el material que permitiera poner al equipo en “estado de servicio”. Tan en servicio que se inscribió en la tercera categoría de la Federación haciendo que, a partir de entonces, el “Amaikak Bat” se dedicada casi en exclusiva a la practica del fútbol, destacando, entre otros, Ibero (guardameta), Castellanos, Larrarte, Lasa, Marauri, Manuel Isasa, Andonegui...

Así seguirían las cosas, practicando básicamente fútbol y pelota, hasta que el año 1930 la Junta Directiva, presidida por Eduardo Salegui, se vio obligada a tomar una drástica decisión: abandonar la práctica del balompie. Los gastos de mantenimiento del equipo superaba las posibilidades del club. Los precios de los equipajes, balones, viajes a los pueblos de la provincia, el alquiler del campo de Jolastokieta... había producido una deuda inabordable de 750 pesetas. Acordado el abandono del fútbol, el siguiente paso fue regatas todo el material del que se disponía, por partes iguales, a la Misericordia y al Ategorrieta F.C. El siguiente acuerdo fue nombrar comisiones que se encargaran de lo que iban a ser las tres actividades del “Amaikak Bat”: la pelota, el montañismo y las regatas.

El refrendo oficial a esta actividad se produjo el año 1937 cuando se acordó federar al “Amaikak Bat” “en todas las modalidades deportivas constituidas en Guipúzcoa”, añadiendo como principales, a las ya citadas, la natación y el atletismo.

Hace cincuenta años, durante la celebración de las Bodas de Oro, el presidente de la Sociedad, Lorenzo Iriondo, y el presidente de la comisión creada para organizar las fiestas, tenían claro cual fue el siguiente paso de aquellos jugadores de fútbol: “Los Mendiburu, Arrieta, Muñoa, Gurmendi, Mercader, Salegui, Egurbide, Goenaga, Arruti, Iraola, Aguinagalde y Letamendia, aquellos once pioneros dejaron de jugar al fútbol no por cansancio sino por imperativo de la edad, motivo por el que pasaron a la reserva, es decir, a la parte gastronómica, manteniendo, de esta forma, la asistencia a los locales aunque dando a la entidad un fin distinto a aquel por el que fue creada”.

Libro de actas

A falta de datos concretos sobre las dos primeras décadas de existencia de la entidad, entre los documentos que encontramos repasando los archivos del “Amaikak Bat” figura un Libro de Actas que marca con el número uno la celebrada el 14 de enero de 1927, en la que se aprueba lo acordado en la última reunión celebrada también el 14 de enero, pero del año anterior.

Nos enteramos que el domicilio social está en el nº. 7 de la calle Elcano, siendo utilizado un local que les han cedido en el Bar Lasarte, y que en aquel momento la Sociedad estaba presidida por Angel del Barrio, siendo vice-presidente Agustín chopeitia, secretario Rafael Castellanos, tesorero Eustaquio Loinaz y vocales: José Letamendia, Gregorio Larrarte, Nicolás Sein y José Ramón Latierro, pero que en dicha Asamblea se procedió al nombramiento de una nueva directiva: presidente, Rafael Castellanos Muñagorri, vicepresidente Nicolás Sein Iribar, secretario Manuel Isasa Macazaga, tesorero Martín Lasa Murua y vocales: Gregorio Larrarte Zuloaga, José Ramón Latierro Usabiaga, Esteban Castillejos Zalba y Mariano Larrandia San Sebastián, siendo, precisamente, este cambio de Junta Directiva y el hecho de que se cumplieran veinte años de vida lo que motivó el que comenzaran a redactarse Actas.

Comenzaba el año con una existencia en Caja de 516,70 pesetas después de haber realizado, durante el año, unos ingresos de 4.410,05 pesetas y unos pagos de 3.893,35 pesetas.

Dada la proximidad del Día de San Sebastián, y teniendo en cuenta que se consideraba el 20 de enero como la fecha fundacional, se decidió que la fiesta conmemorativa de los veinte años tuviera lugar dicha jornada con un gran banquete en los salones de la entidad que sería servido por Valentín Lasarte.

Igualmente se dictaron las bases para nombrar un cobrador de cuotas, pues eran demasiados los que retrasaban sus pagos, que por su trabajo se llevaría el diez por ciento de las mismas, y encargar a José Girón como responsable de guardar todo el material deportivo que hasta la fecha era conservado de forma espontánea por cada socio.

Las fiestas patronales de la ciudad y fundacionales del “Amaikak Bat” vivieron el año 1928 un acto emotivo y de gran trascendencia: inaugurar la bandera de la Sociedad encargada expresamente para ser izada a las doce de la noche de la víspera del Día de San Sebastián. A tal efecto se iluminó toda la fachada con luz eléctrica, se contrataron varias bandas de música y el día veinte se contó con la banda de txistularis del Ayuntamiento y los makil-dantzaris de la Sociedad Eusko Gaztedi al tiempo que se alegraba las calles próximas con el cross humorístico que tanto gustaba al vecindario. Digamos como curiosidad que el celebrado en 1929 fue ganado por uno e los más populares personajes del barrio de Amara: Ignacio Lecuona “Joto”, hijo de Pascual, cochero de la empresa de coches fúnebres de Goenaga.

En la Asamblea General celebrada el 11 de enero de 1930 se tomó una importante decisión, que ya ha sido comentada anteriormente: la desaparición del fútbol como actividad de la Sociedad. Comenzó la Asamblea con la renovación de cargos, correspondiendo ocuparlos a: Eduardo Salegui, presidente; Martín Lasa Murua, vicepresidente; Manuel Isasa Macazaga, secretario; Nicolás Sein Iribar, tesorero, y como vocales: Vicente Ximeno, Antonio Monteberría, Pedro Zabala y José Zabala. Después de acordar, por unanimidad, el nombramiento de Socios Honorarios para los señores Francisco Carril, Juan José Landaberea y Antonio Aizpurua “por su labor altamente meritoria a favor del “Amaikak Bat”” y de dedicar un homenaje a Nicolás Sein “por su acertada, laboriosa y meritoria dedicación durante muchos años a llevar las cuentas de la Sociedad”, el señor Carrasquedo, apoyado por el señor Barrios, puso sobre la mesa el asunto más espinoso del día: “suprimir radicalmente el fútbol de las actividades de la Sociedad, cuya práctica no iroga más que gastos”. El señor Isasa salió en defensa de los futbolistas, exponiendo que el equipo estaba en plena competición de la Copa de Guipúzcoa y que, por lo menos, se le dejara terminar la temporada. A Isasa se le unieron Zabala y Urruzuno motivo por el que fue necesario poner el asunto a votación de los dieciocho asistentes a la Asamblea. El resultado fue de catorce votos contra cuatro a favor de suprimir el fútbol aunque, eso sí, se dejaría terminar el campeonato.

La preocupación del “Amaikak Bat” estaría a partir de entonces en la pelota, el alpinismo y el remo, formándose comisiones que estuvieron encargadas a: Prudencio Chopeitia y José Carrasquedo, pelota; Apolinar Lecuona, alpinismo y Santos Nerecán, Julián Urruzuno, Martín Isasa, Angel Barrio y Antonio Monteberria, remo.

Tanto comenzó a arraigar en tema de las regatas entre los socios que el 28 de noviembre del mismo año 1930, se preguntó a la Directiva si había cien pesetas en las arcas de la Sociedad, porque se había previsto encargar a Alejandro Fernández una reproducción en miniatura de la primera tripulación que representó al Club en la “Joshe Antoniyo” y en la “Koxkero” y cien pesetas era lo que costaba realizar dicho trabajo. Se encontraron los veinte duros, se pagó su labor al señor Fernández, y la trainera quedó “para siempre jamás” presidiendo los locales del “Amaikak Bat” recordando a sus primeros remeros.

Para conmemorar el veinticinco aniversario de la Sociedad, el año 1931 se encargó al señor Nerecán, como presidente que era de la Agrupación de Txistularis, que reuniera varias bandas para organizar con ellas una tamborrada que recorriera las calles de la ciudad. Llegada la noche del 19 de enero se iluminó la fachada del local social y, como se había acordado, terminado el banquete, una tamborrada de txistularis se encargó de izar bandera y animar todo el barrio junto a las de Gaztelupe, Zubi Gain y Donosti Zarra que lo hicieron en otras zonas de la ciudad. El ambiente que se vivió en los barrios donde se celebró tamborrada no quedó reflejado en la plaza de la Constitución pues en este lugar, ante el asombro de todos los congregados, no se izó la bandera en los balcones de la Casa Consistorial ocasionando la dedicación de una gran silbada a todos los concejales.

Al día siguiente, 20 de enero, en la bahía de la Concha tuvo lugar la tradicional regata de bateles. Se celebró en dos tandas: la primera para bateles de tres remeros y patrón, cuya eslora máxima era de 24 pies y medio y la segunda para bateles de un solo remero y dos remos, con eslora máxima de 19 pies y medio. Los resultados fueron como sigue:

Primera tanda:

  1. batel “Joxemaritarra” del “Amaikak Bat”, en 17’ 25’’ 2/5 (patrón: Amadeo Inza y remeros: Fidel, Ayerza y Echave);
  2. “Aberri” del “Amaikak Bat”, en 17’ 27’’ 2/5 (patrón: Timoteo Emezábal y remeros Eustaquio Iraola, Florentino Uztizberea y José Mª. Urtizberea);
  3. “José Antonio” de la Sociedad “Beti Gogor”, en 17’ 35’’ 4/5 (patrón: Antonio Vidaurreta y remeros, Manuel Basurco, Félix Salaverría y Mariano Larzábal);
  4. “Kaxkariña”, del “Amaikak Bat”, en 18 minutos (Patrón: Agustín Balenciaga y remeros, Nicolás Iturralde, Celestino Mejías y Joaquín Mejías).

Segunda tanda:

  1. Manterola (Chocolate), de Orio, en 19’ 18’’
  2. Araneta, de Fuenterrabia, en 20’ 10’’ 1/5.

La deriva tomada por “Amaikak Bat” a partir de su abandono del fútbol para, en la práctica, sustituirlo por el remo, originó notables variaciones entre sus socios, dándose de baja algunos de los que pertenecían a la misma precisamente por sus actividades futbolísticas y de alta otros que amaban el deporte que en las regatas encontraba su máximo exponente. La decisión produjo la necesidad de adecuar los Estatutos (se añadió un artículo, el 41, según el cual “no se podrá disolver la Sociedad mientras existan catorce socios de conformidad de que subsista la misma”) y en las tertulias que se formaban en su local social privaban las relacionadas con la mar en detrimento de otras de tierra adentro, excepción hecha de todo cuanto tuviera que ver con el alpinismo.

El año 1932, antes de dar comienzo al banquete de la víspera de San Sebastián, los “amaikabatistas” escucharon un concierto ofrecido por la banda de txistularis dirigida por el maestro Isidro Ansorena y, una vez terminado de degustar el menú previsto al efecto, salieron todos a la puerta de la engalanada sede social para, en medio de estrepitosos redobles, proceder a la izada de la bandera. Al día siguiente, los salones de la Sociedad fueron escenario de un original concurso que congregó a gran número de socios y de participantes: se trataba de elegir la cara más fea de San Sebastián. No cuentan las crónicas, o no lo hemos sabido encontrar, quien fue el ganador, pero sí sabemos que aquellos días el señor Landaberea se acercó a la entidad para hacer una oferta que el 1 de febrero llegó a la reunión de la Junta Directiva. Conocedor dicho señor del entusiasmo demostrado por el “Amaikak Bat” en el mundo de las regatas, y concretamente en las de bateles que tantos triunfos le estaban dando, comunicó había construido un batel para un remero que le había quedado “como un sol”; dijo que tenía un comprador que le había ofrecido cuatrocientas pesetas por el pero que, siendo amigo del “Amaikak” prefería ofrecerlo a la Sociedad por el especial precio de trescientas cincuenta pesetas. Sabiendo, como todos sabían, que los bateles del señor Landaberea eran magníficas construcciones, que la Sociedad no tenía ninguna en propiedad, y que algunos de los directivos, que ya habían visto la embarcación, aseguraron reunía las mejores condiciones marinas, se acordó aprobar la adquisición del mismo siendo el batel que, en adelante, representaría al “Amaikak Bat”. Este año, en pelota, Iguarán y Aramendi fueron campeones nacionales de mano.

Bodas de oro (1907-1957)

Con motivo del cincuenta aniversario de la Sociedad, se editó un sencillo programa de actos que incluía todos aquellos previstos para celebrar entre el 24 de agosto al 2 de septiembre de 1957. (se respetan los nombres y la ortografía del original)

  • Sábado 24 de agosto: Desfile de chistularis, actuación del grupo infantil de bailes “Gastecho” en el frontón de la calle 31 de Agosto; de 11 a una de la madrugada verbena popular.
  • Domingo 25 de agosto: Misa cantada en la parroquia de Santa María, partidos de pelota a mano “Torneo Amaikak Bat”, Gran prueba de Natación: Travesía del paseo José Antonio (paseo Nuevo), juegos infantiles en la plaza del 18 de julio (plaza de la Constitución).
  • Lunes 26 de agosto: Juegos náuticos, cucañas, regatas de chinchorros y tinas y suelta de patos en la dársena del puerto.
  • Martes 27 de agosto: Partidos de pelota a mano, eliminatoria del “Torneo Amaikak Bat”.
  • Miércoles 28 de agosto: Partidos de baloncesto en la plaza del 18 de Julio (plaza de la Constitución).
  • Jueves 29 de agosto: Partidos de Balonmano dentro de la modalidad de 7, el primero entre los equipos de la localidad y el segundo, internacional, entre el Girondins de Burdeos y el C.D. Amaikak Bat, Campeón de Guipúzcoa, en la plaza del 18 de Julio (plaza de la Constitución).
  • Viernes 30 de agosto: Partidos de pelota, continuación de la eliminatoria.
  • Sábado 31 de agosto: Misa en la iglesia de San Vicente en sufragio de los socios y vecinos fallecidos y en recuerdo del aniversario del 31 de agosto de 1813.
  • Domingo 1 de septiembre: Gran partido de pelota a mano, en el frontón de la calle del 31 de agosto, entre los pelotaris profesionales Atano III y Chiquito de Azcoitia (hijo) contra Epelde y Arruti. Banquete oficial (se detalla el menú en otro apartado de esta publicación), festival vasco y verbena popular. Por la noche: grandes pruebas internacionales de natación y saltos de trampolín “Trofeo Fería del Mar” entre el Girondins y un equipo de nadadores nacionales seleccionados para el torneo de la F.I.S.U. en la dársena del muelle completamente iluminada.

Por su interés anecdótico se recoge a continuación la relación de los industriales que con su anuncio hicieron posible la publicación del programa: Bodega San Telmo, Pastelería Merche, Vinos de la Rioja Alavesa Javier Ubillos, Bar Martínez, Bar Bodegón, Almacén de vinos Castillo Monteagudo, Fábrica de gaseosas Bodegón Ormazábal, Altavoces Eguia, Restaurante Aita Mari, Materiales eléctricos Arlegui, Fontanería de Aniceto Zabala, Fotos Valentín, BarBartolo, Casa Alcalde, Bar Iru Txulo y Central de Materiales Eléctricos.

El fútbol, la natación, la pelota, el hockey sobre hierba, el montañismo, las regatas incluso la práctica del balonmano cuyo equipo pionero en la especialidad recibió la placa del Mérito Deportivo fueron dejando paso a la degustación de buenos manjares como correspondía a lo que ya era el “Club Amaikak Bat”: una Sociedad popular, una Sociedad gastronómica en toda regla.

La plena independencia llegó cuando después de muchos sacrificios, el 26 de enero de 1960 se pudo cumplir una de las aspiraciones de la Sociedad: comprar el local de la calle del 31 de Agosto que se venía ocupando desde 1934.

La casa, como todas las de la Parte Vieja, tiene una dilatada historia familiar que, en este caso, queda recogida en la Escritura redactada en el momento de su adquisición. A la firma del documento acudieron María de la Concepción Irastorza Artola acompañada de su esposo José Luis Gaytán de Ayala y Larrañaga, con el fin de que, como marcaba la ley, le diera la oportuna licencia marital para efectuar la operación, y María Ignacia Areyzaga Cavero como propietarias de la finca y José Lopetegui Goicoechea en nombre de la Sociedad. Las dos señoras, doña María de la Concepción y María Ignacia habían adquirido por mitad la finca urbana número 15 de la citada calle que constaba de “bodega, planta baja, cuatro pisos altos y buhardilla habitable, ocupando en total 103,95 decímetros cuadrados confinando por el Norte con la calle del 31 de Agosto y por el Sur con el número 12 de la calle de Juan de Bilbao, propiedad de José Aramburu; por el Este con la casa nº. 13 y por el Oeste con la 17”. María Concepción, casada con Pedro José Irastorza Escala, había adquirido un cuarto de la casa al contraer matrimonio y otro cuarto al fallecimiento de su marido, pues ambos la habían heredado de Joaquín Irastorza padre de Pedro José. María Ignacia la adquirió por herencia de su marido, José Manuel Irastorza Artola. Con estas premisas, por la Escritura que estamos recordaron sabemos que vendieron al Club Deportivo “Amaikak Bat” la totalidad de la planta baja y la bodega por un valor de 60.000 pesetas, renunciando la Sociedad a sus derechos de ser notificada sobre las enajenaciones que pudieran efectuarse en la finca y, por ello, a ejercitar el derecho de tanteo sobre posibles ventas.

El extenso texto relativo a la operación de compra-venta incluye curiosos detalles sobre la vida interna del “Amaikak Bat”, pues en él se recoge que: “En Junta General extraordinaria de esta entidad, celebrada el día 30 de diciembre próximo pasado, con asistencia de ochenta y tres socios de los ciento veinte que integran la misma, se adoptó por unanimidad el siguiente acuerdo: adquirir el local (se detallan las características) y solicitar y obtener de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad Municipal de San Sebastián un préstamo de 175.000 pesetas”.

El préstamo hipotecario se obtuvo el 26 de enero de 1960 a devolver en tres años con el 5,5% de intereses. Atrás quedó aquella especie de sucursal que fue el “Amaikak-txiki”, con sede en el número 34 de la calle Aldamar, a la que pertenecían los más jóvenes del club que, cuando dejaban de serlo, pasaban a los equipos de los mayores. La ocupación de dicho local terminó cuando el 25 de febrero de 1972 se reunieron Vicente Buenechea González, como mandatario de su hermana, Gloria Buenechea González, propietaria de la casa, y José Lopetegui Goicoechea, para firmar el final del contrato de alquiler. La arrendadora, además de renunciar a las rentas que la Sociedad tenía pendientes de pago, entregó a la misma 17.000 pesetas recibiendo a cambio las llaves del local.

Para el buen funcionamiento de la Sociedad se dictó una especie de decálogo que apenas llegaba a ser “octálogo” puesto que tan solo tenía ocho puntos:

  1. Procuraréis acudir a la Sociedad con la mayor asiduidad, haciendo en ella el gasto que frecuentemente dais a otros establecimientos.
  2. No solamente pagaréis escrupulosamente los consumos efectuados en la mesa (vinos, sidras, etc.) sino también esos otros a los que se da menos importancia, gas, carbón, conferencias telefónicas, aceite, etc. que influyen lo suyo en el resultado final.
  3. Cuidaréis, así mismo, de que vuestros vecinos de mesa efectúen las liquidaciones exactas, llamándoles la atención o poniendo en conocimiento de la Junta Directiva si no lo hiciesen: una botella de vino que quede sin pagar absorbe el beneficio que dejan otras varias religiosamente liquidadas, y tened presente que si finalizara el año con pérdidas, éstas habrían de cubrirse con un prorrateo entre los socios.
  4. Si en otros establecimientos dais una propina ¿por qué no habéis de hacerlo en la Sociedad?, pues cualquier cantidad que dejéis por este concepto, por pequeña que sea, puede significar el beneficio de un consumo.
  5. No consumáis inútilmente energía y apagar las luces donde no fueran necesarias, y la misma observación se hace con el agua.
  6. Para evitar el gasto excesivo de mantelería, rogamos cuidéis el uso de manteles y servilletas, no limpiando con ellas las mesas y evitando si deterioro con el fuego de vuestros cigarros.
  7. No os sirváis en vuestro café más de un paquete de azúcar.
  8. Cuidar que la Sociedad se mantenga limpia, no escupiendo en el suelo ni echando al mismo restos de comidas, conchas de marisco, puntas de cigarro, etc.

Mikel G. Gurpegui ya lo dejó publicado el 1 de mayo de 1988: “Muchas veces, al pasear por la calle del 31 de agosto, nos hemos fijado en esos dos relieves en piedra, uno con un barco, el otro con un castillo, que decoran la fachada de “Amaikak Bat”. Los hizo José Lopetegui, durante muchos años presidente de esta veterana sociedad con vocación deportiva” y también presidente de la Federación Guipuzcoana de Pelota.

La Sociedad, como en la antigüedad otros hicieron con ella, ha sabido ceder sus locales para distintas actividades de otras entidades. Así, por ejemplo, en ella tuvieron lugar las reuniones de la desaparecida Sociedad Zartako cuyos antiguos socios, pasado el tiempo, se unían para celebrar sus tradicionales cenas en las que el más joven llegó a tener 67 años frente a los 82 del más veterano, siempre animados por el popular Anthón Plazaola “Alcalde”. Y otro “alcalde”, esta vez presidente de la Asociación de Amigos de la Isla, Joshe Mari Iturri, popular alcalde de Santa Clara en la que se le recuerda con un busto, al tiempo que los donostiarras siguen tarareando su “mañana, mañana, mañana te lo diré”..., por razones horarias en ocasiones eligió los locales del Amaikak para celebrar sus reuniones, aunque la Asociación tenía su sede en la Sociedad “Aitzaki”. También celebró sus primeras reuniones en el “Amaikak Bat” la Sociedad de Pesca Submarina cuando estuvo presidida por el famoso portero de la Real, jugador internacional de fútbol y más tarde entrenador, Ignacio Eizaguirre. Colaboró el “Amaikak Bat” con la celebración de la I Feria del Mar celebrada el año 1957 organizando distintas actividades náuticas, tradicionalmente sus socios eran los encargados de llevar en andas uno de los Pasos (el de la Dolorosa) de la procesión que el Viernes Santo salía de la parroquia de San Vicente, y organizaba los actos conmemorativos del 31 de agosto que incluían desde una Misa en San Vicente por los vecinos fallecidos hasta verbenas y partidos de pelota.

Presidiendo el local se encuentra el busto de don Raimundo Sarriegui autor, como es conocido, de las más populares canciones donostiarras entre las que destacan las composiciones de Carnaval y la querida “Macha de San Sebastián”. El busto tiene su historia, porque es el que se instaló en la plaza de Sarriegui el año 1972. A iniciativa de la Sociedad “Unión Artesana” con motivo del primer centenario de su fundación (1870-1970) se encargó a José Lopetegui la realización de un busto con el fin de homenajear al maestro.
Concluido el trabajo, el Día de San Sebastián del año 1972 la tamborrada infantil desvió su tradicional recorrido y al pasar por la Alameda del Boulevar entró en la plaza de Sarriegui donde esperaban el entonces ya expresidente de la “Unión Artesana”, Bonifacio Castro, y el alcalde de San Sebastián, Felipe Ugarte, junto a numeroso público e invitados. Los tambores mayores de todas las compañías, la Bella Easo con sus damas de honor y el general dieron colorido a un acto que culminó con la interpretación de la “Marcha de San Sebastián”. Pasados los años al monumento se añadió la figura de un tamborrero y pasados más años el conjunto fue desmontado para ser trasladado al otro lugar de la plaza con un nuevo diseño. Por dicha circunstancia, el busto de Sarriegui fue entregado al “Amaikak Bat” donde, como decimos, permanece presidiendo todas las actividades de la Sociedad.

Las estampas que pueden encontrarse en el interior del “Amaikak Bat” corresponden a la tradicional imagen de nuestras sociedades populares: mesas de madera donde los órdagos y envidos resultan presagio de sabrosa merienda o cena a que, seguramente, seguirán nuevas partidas de cartas.

Expertos casi todos en la buena cocina y todos en la buena mesa, cuenta la tradición que fue en esta Sociedad donde comenzaron a servirse kokotxas cuando nadie las quería, motivo por el que resultaban extraordinariamente baratas, y siguen recordando los más veteranos que fue también en el “Amaikak” donde se crearon las angulas proletarias: espaguetis cocinados en aceite de anchoas, con sus guindillas y ajo.

Entre recuerdo y recuerdo de buenos y malos cocineros, se cita a un socio extremadamente malo con los útiles de cocinar que viendo el desastre que había cocinado marchó a una chocolatería cercana para salir del paso ofreciendo como menú de lo que se esperaba suculenta cena, chocolate con churros.

También existía la costumbre de que algunos socios, para evitar “encuentros” con la afición bilbaína, cuando el Atlétic jugaba en Atocha se marchaban de excursión para todo el día, acción que repitieron durante bastantes años con la única excepción de aquellos en los que la Real Sociedad estuvo en la segunda división.

Las alubias de Santo Tomás

Como corresponde a cualquier Sociedad Popular que se precié de ello, la gastronomía preside no solo una buena mesa sino el ambiente en general de todo el local que, a su vez, está presidido por la cocina. Cada cuadrilla de socios tiene normalmente su propio cocinero con sus personales recetas a la hora de preparar un buen yantar, pero todos ellos, los hermanos Adarraga, Lopetegui, Iñaki Amilibia, Olasagasti, Eguimendia, Igarte, Saizar...y tantos más, se ponen de acuerdo para confeccionar el tradicional menú del día 21 de diciembre, festividad de Santo Tomás, cuyo principal ingrediente son las alubias: alubias de Tolosa con todos los extras que el comensal más sibarita pueda desear: tocino, chorizo, berza, guindillas de Ibarra... Casi doscientos socios acuden a la cita, casi doscientos platos de alubias tiñen de rojo oscuro las mesas del “Amaikak” decoradas por el verde de las guindillas, en tanto que los agradecidos estómagos van dando cuenta del trabajo realizado por los especialistas de la cocina en el interior de las grandes ollas que han servido para que las joyas tolosarras se conviertan en pequeños “bocatas di cardinale”.

Consultado cuanto se ha publicado con relación al “Amaikak Bat” y su gastronomía, en el periódico “El Mundo” publicado con fecha 12 de julio de 1996 encontramos la que se anuncia como “receta emblemática de la Sociedad: el “Rape a lo Amaikak Bat”. Ingredientes para seis raciones:

  • 750 grs. de tomate
  • 24 langostinos
  • 24 almejas
  • 12 filetes de rape
  • ½ vaso de coñac
  • tres cebollas
  • mantequilla, aceite, perejil y rama de estragón.

Elaboración: Se pelan los tomates y, sin pepitas, se cortan en dados. Se pelan las cebollas y el perejil muy finamente y se reserva todo. Por otro lado, se pelan los langostinos, se cuecen sus cabezas en un poco de agua y se reservan. Una vez limpias las almejas, se abren en un recipiente con un poco de agua y se reservan. Se rehogan en una cazuela cebolla y tomate a fuego lento, se sazonan y se flamean con coñac. Se agrega el caldo de las almejas y el de las cabezas de los langostinos. Se pasa todo por el chino y se reserva. Se limpian los filetes de rape y se sazonan por ambos lados. Se rehogan los langostinos en un recipiente con mantequilla y aceite. Se incorpora el rape, hasta que se dore. Se flamea con coñac y se adereza con estragón. Se agrega la salsa, se cuece durante dos minutos y se añaden las almejas. Se espolvorea todo con un poco de perejil y se sirve. Se puede acompañar con un Blanco Reciente de Bodegas Olarra.

A pesar de ser el citado rape el plato por excelencia de la Sociedad, cuando hubo ocasión de celebrar las Bodas de Oro de la entidad (1907-1957) no fue éste el pescado elegido sino que el menú del banquete oficial, al precio de 105 pesetas el cubierto, se compuso de: entremeses variados, sopa de gallina, merluza al horno con mahonesa, pollo asado con patatas fritas, tarta y helado, café, licores y vinos de la casa.

Ubicación

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